Empezar el día desayunando tortitas te llena de buena energía, es como una inyección de optimismo matutino que, si además lleva chocolate, ¡mejor que mejor! Así que, apúntate bien esta receta de tortitas de avena y cacao con kiwi porque seguro que querrás repetirla.
Estas tortitas o pancakes resultan tan golosas como saludables: no llevan azúcar añadido y además te aportan fruta, tanto en la masa del pancake como es su preparación a modo de topping.
La importancia de incluir fruta en tus desayunos
Para que un desayuno sea saludable tan solo tiene que incluir alimentos saludables y la fruta es el alimento saludable por excelencia. Es rico en nutrientes y aporta la cantidad justa de energía, por esta razón la fruta puede convertir un desayuno rutinario o pobre en un desayuno completo o dar ese toque healthy y fresco a un desayuno algo indulgente, como podría ser un bizcocho o estas tortitas.
La fruta aporta muchos nutrientes que es necesario introducir en nuestra dieta diaria: vitaminas, minerales, antioxidantes, fibra y agua. La fibra de la fruta juega un papel especial por la mañana: por un lado, nos ayuda a regular el tránsito intestinal (especialmente el kiwi, que ha demostrado ser muy útil en esta función) y por otro lado, nos aporta saciedad. Incluir fruta en el desayuno te ayudará a evitar ese hambre voraz de media mañana que a menudo conduce a picoteos poco saludables.
Elaboración de las tortitas de avena y cacao con kiwi
Para empezar hay que preparar la manzana: limpia la manzana, le eliminas el corazón y la cortas a cuartos. La introduces en un bol, lo tapas con papel film apto para el microondas y la cueces unos 3 minutos. Resérvala para que se temple. Mientras, en un bol mediano añades la bebida vegetal. En este caso te propongo de almendras pero la receta funciona igual de bien con cualquier otra bebida vegetal o con leche de vaca. Incorpora la harina de avena, preferiblemente integral, la levadura y el bicarbonato. Mézclalo con las varillas. Ahora añade el huevo, el cacao, la vainilla y la pulpa de la manzana cocida y templada. Mezcla enérgicamente con las varillas o utiliza batidora eléctrica hasta obtener una masa cremosa y homogénea.
Calienta una sartén antiadherente, puedes verter una pizca de aceite para que no se pegue la masa. Cuando esté caliente, añades la masa con la ayuda de un cazo para que quede en forma de círculo. Pasados uno o dos minutos verás que los bordes se secan y empiezan a surgir agujeritos en la masa de la tortita, es el momento de darle la vuelta con una espátula. Déjala cocer un minuto más por el otro lado. Repite la operación hasta terminar la masa que has preparado. Te saldrán unas 8 tortitas.
Una vez listas, acompáñalas con un kiwi pelado y cortado a láminas o con la fruta de temporada que más te apetezca.
¿Sabías qué…?
La piel del kiwi es comestible. Sí, parece algo extraño pero así es. Aunque no hace falta que te empeñes en hacer un hueco en tu alimentación a esta piel áspera y peluda: los beneficios del kiwi los conseguirás consumiendo su pulpa verde y carnosa. Pero, oye, si te apetece probar algo nuevo, limpia bien la piel y dale un buen bocado al kiwi entero.