¿Te has despertado alguna mañana con ganas de un desayuno dulce, pero sin recursos en la despensa? Si tienes huevos y harina podrás dar respuesta a esa apetencia golosa. En concreto, te proponemos preparar unas tortitas de avena con salsa de frambuesa, pero podrás sustituir el tipo de avena (no hace falta que sea de avena) y también la fruta del puré. Verás que son las tortitas más fáciles de preparar y además quedan siempre perfectas.
En Estados Unidos las llaman one-cup Pancakes porque las cantidades de cada ingrediente se pueden medir con una taza (“cup” en inglés) del tamaño de un tazón de leche. Es decir, que necesitarás una taza de harina y una taza de leche y te podrás librar de balanzas o vasos medidores. Así que tanto su preparación como cocinado es tan fácil que las podrán hacer los pequeños de la casa.
Cuál es la mejor harina para las tortitas
Existen muchos tipos de harina en el mercado que pueden servir para hacer tortitas. En este mismo portal tienes diferentes ejemplos de recetas elaboradas con harinas de diferentes orígenes. Así que, por lo general, todas te van a servir para prepararlas, aunque cada una de ellas aportará a tus tortitas propiedades distintas.
La clásica es la harina de trigo que gracias a su contenido en gluten (una proteína del trigo) dará a tus tortitas una textura más voluminosa. Te recomendamos utilizar harina integral para enriquecer tu dieta en fibra.
Para las personas celíacas existen variedades como el trigo sarraceno o la harina de arroz. Si usas este tipo de harinas, puedes añadir un poco de levadura o bicarbonato que hará que tus tortitas queden más esponjosas.
Para esta receta hemos elegido la harina de avena, un cereal con alto valor nutricional. Contiene más proteína que otros cereales y cierta cantidad de grasas saludables. Si utilizas los copos de avena enteros para hacer la harina estarás aprovechando al máximo su aporte de fibra. Por sus características, la avena tiene un mayor poder saciante, algo que la hace ideal para el desayuno.
Elaboración de tortitas de avena con salsa de frambuesa
Con las cantidades que te propongo te saldrán unas 8 tortitas.
Si vas a utilizar copos de avena y no harina de avena, primero tendrás que triturar o moler los copos hasta conseguir una harina fina. ¡Quizá necesites un par de minutos para lograrlo!. Una vez obtengas la harina le añades la sal y la levadura (no es imprescindible, pero le dará una textura esponjosa que te encantará) y lo mezclas con la leche.
Añade el huevo y mezcla enérgicamente con las varillas. Es importante que entre aire al mezclar para conseguir más esponjosidad.
Deja reposar 10’ para que actúe la levadura. Mientras, puedes preparar la salsa de frambuesa.
Si no te gustan las frambuesas o no encuentras, puedes utilizar otra fruta. Funciona muy bien con kiwi o manzana cocida. También puedes utilizar fruta congelada: la puedes conservar en el congelador, limpia y cortada, en bolsas de silicona o puedes comprar mezclas de frutos rojos en la zona de congelados del supermercado.
En un cazo, calienta a fuego suave la cucharada de sirope, las frambuesas y la vainilla. Mezcla unos minutos y deja que la frambuesa se vaya derritiendo. Si queda una salsa muy densa o con un sabor muy fuerte (quizá demasiado ácido) puedes añadir un poco de agua. Pasados 3 minutos retira del fuego y chafa la mezcla con un tenedor.
Ahora, a preparar las tortitas: calienta una sartén antiadherente a fuego medio. Engrasa un poquito de aceite de girasol para que no se pegue la masa. Vierte un cucharón de la masa y déjala cocer unos 2 minutos por un lado o hasta que veas que aparecen burbujitas. Le das la vuelta y lo cueces un minuto más.
Ahora ya solo falta servir las tortitas con nuestra deliciosa salsa de frambuesa.
¿Sabías qué…?
Las tortitas son un tipo de preparación muy fácil de preparar y versátil, algo que hace que se hayan hecho un hueco en la gastronomía de muchos países. La función es la misma, pero reciben otros nombres: panqueques en Sudamérica, placki en Polonia o blinis en Rusia. Aunque los más conocidos internacionalmente son los pancakes americanos, a pesar de no ser los inventores de la receta.