Hoy queremos desterrar mitos sobre el huevo y dedicarle un delicioso homenaje en forma de sándwich. Compartimos una receta de sándwich de huevo que fascinará a los amantes del desayuno salado y tentará a los que son más de dulce por las mañanas. El sándwich de hoy es un bocadillo original pero fácil de preparar que hará que tu día empiece con otra energía. Lo tendrás listo en diez minutos, ¿te lo apuntas?
El huevo en el desayuno: nutrientes y saciedad en cuatro bocados
El huevo es un alimento muy completo que aporta nutrientes muy interesantes. Es una buena fuente de proteínas y aporta variedad de vitaminas y minerales. Por otro lado, el huevo en el desayuno es ideal por su sabor y versatilidad a la hora de introducirlo en preparaciones diversas, pero también tiene otro beneficio: el poder saciante que nos proporciona su contenido proteico. Así que si necesitas una mañana cargada de energía o sabes que comerás tarde y no podrás tomar nada a media mañana, añade un huevo a tu desayuno y verás como no te suenan las tripas.
Quizás hayas oído que el huevo es malo para el colesterol y que deberíamos reducir su consumo, pero después de años estudiando los efectos de su consumo, se puede concluir que los huevos no son malos para el corazón. Puede parecer una contradicción ya que el huevo es alto en colesterol, de hecho es la razón por la que se creyó durante tanto tiempo que su consumo favorecería las enfermedades cardiovasculares. Finalmente se ha observado que dentro del marco de una dieta saludable, rica en frutas y verduras, se podría consumir un huevo al día sin miedo de perjudicar nuestra salud cardiovascular, a no ser que nuestro médico nos diga lo contrario. Pero recuerda que, cuanto más varíes tus desayunos, más rica en nutrientes será tu dieta.
Elaboración del sándwich de huevo
Empieza tostando un par de rebanadas de pan de molde, preferiblemente integral. Una vez listas, sobre una de ella, añade una capa de aguacate a láminas, alíñalo con sal y aceite de oliva virgen extra y una pizca de pimienta recién molida. Coloca unas hojas de espinaca fresca limpias, y ahora solo nos falta el huevo. Calienta a fuego medio una sartén antiadherente con unas gotas de aceite y casca el huevo. Cuando la clara se haya cuajado, retira el huevo con cuidado y colócalo sobre la capa de espinacas. Cierra el bocadillo y listo.
Si tienes sandwichera, caliéntalo unos minutos una vez montado.
Te recomiendo comerlo con cuchillo y tenedor si no quieres correr el riesgo de derramar la deliciosa yema al morderlo.
¿Sabías qué…?
A pesar de que cuando compramos los huevos éstos no están refrigerados, cuando los lleves a casa sí debes guardarlos en la nevera. Los huevos no se refrigeran en el proceso de comercialización para evitar cambios bruscos de temperatura que podrían crear gotas de humedad en la cáscara y los estropearía.