23 Dic 2024

¿Tengo que compensar las comidas navideñas?

La Navidad es una época especial llena de celebraciones y comidas familiares. Sin embargo, debido a los excesos, puede que te pase por la cabeza la idea de «compensar» esas comidas festivas para evitar ganar peso. Es común que, tras disfrutar de un banquete navideño, pensemos en hacer dietas estrictas o realizar ejercicios excesivos para equilibrar lo que hemos comido. Pero ¿realmente es necesario compensar las comidas navideñas? La respuesta es no. En lugar de enfocarte en la compensación, lo más importante es aprender a disfrutar de las fiestas sin afectar tu salud. En el artículo de hoy te explicamos cómo lograrlo.

No te centres en el peso

El deseo constante de controlar el peso, especialmente durante las fiestas, puede generar más estrés del que realmente necesitas. La obsesión por el número en la báscula no ayuda a tener una vida saludable. En lugar de pensar en la restricción, es más beneficioso adoptar una mentalidad de disfrute. Comer con moderación, saborear los alimentos y disfrutar de la compañía de tus seres queridos es lo importante en estas fechas. Date permiso. Una relación saludable con la comida implica aceptarse y disfrutar de las comidas sin caer en la culpa o el miedo al aumento de peso.

Las comidas navideñas representan un porcentaje pequeño de tu alimentación

Es cierto que las comidas navideñas pueden ser más abundantes de lo habitual, pero también es importante recordar que estas celebraciones no son todos los días. Las fiestas representan solo unas pocas comidas especiales al mes. No te preocupes por comer un poco más en estas ocasiones; lo fundamental son los hábitos globales, es decir el resto de tus comidas. Es totalmente posible disfrutar de los banquetes navideños sin que esto afecte negativamente tu salud. La clave es equilibrar estas comidas especiales con una alimentación equilibrada en el resto del mes.

Recomendaciones para unas navidades saludables

Como hemos comentado, lo que realmente afecta a tu salud, son los hábitos globales, así que vamos a hacer un recordatorio de lo que sí que está en tus manos:

  • Desayuno completo, equilibrado y saludable. Completo para no llegar a la comida festiva con demasiada hambre. Equilibrado y saludable para dar a tu cuerpo nutrientes esenciales y mejorar las digestiones. Un buen ejemplo sería: café con leche, 2 kiwis y una tostada de pan integral con pavo. O bien, un bol de bebida vegetal, avena y plátano con canela y un té.
  • Un buen paseo después de una comilona. Convence a algún familiar de salir a dar un paseo después de la comida. Evitarás esas sobremesas eternas en las que no paramos de picotear dulces y ayudarás a digerir una comida copiosa.
  • Cena ligera. Después de una comida con excesos, en lugar de saltarte la cena, toma algo ligero que ayude a tu sistema digestivo y no haga que al día siguiente te despiertes con hambre excesiva. Prueba con una ensalada de escarola, una tortilla y una rebanada de pan integral.
  • Los días no festivos sigue con tus hábitos. La clave es no descuidar nuestra alimentación durante todo el período navideño. Los días que no haya celebraciones una buena alimentación regulará los posibles excesos de las comidas festivas. Que los vegetales y las frutas predominen tu dieta, junto a cereales integrales, legumbres y proteínas magras.

En lugar de enfocarte en compensar las comidas navideñas, lo más importante es aprender a disfrutar de ellas de forma equilibrada. No dejes que el estrés por el peso o la obsesión con las calorías te roben la alegría de estas fiestas. Recuerda que las fiestas son solo unas pocas ocasiones especiales, y lo que importa es disfrutar con moderación. ¡Este diciembre, regálate el bienestar y empieza a establecer hábitos saludables que perduren todo el año!