Es posible que la mayoría de las sopas que consumes en invierno las prepares comprando un buen caldo y añadiendo pasta, pero ¡hay vida más allá de esa opción! Si disfrutas del confort que las sopas proporcionan en los meses fríos, puedes aprovechar y explorar entre cientos de posibles recetas que te permitirán prepararte sopas ricas y nutritivas.
¿Cuáles son los mejores caldos base o fondos?
El elemento principal de una sopa es su caldo base o fondo, el resultado de infusionar ciertos alimentos en agua caliente de forma que traspasan sus aromas y algún nutriente a dicho líquido.
En función de los alimentos que utilices para elaborar el caldo obtendrás diferentes sabores:
- Caldo de pescado: Se elabora con restos de pescado como espinas, cabezas o con pescado de roca, y se combina con verduras como cebolla, puerro, zanahoria o apio. Su cocción debe ser corta, de unos 20’ o 30’ como máximo.
- Caldo de verduras: Se cortan a dados pequeños las verduras que más te gusten y se cuecen entre 30’ y 1h. Si quieres un sabor más potente, puedes rehogar primero las verduras.
- Caldo de aves: Se prepara cociendo verduras y huesos o carcasas de pollo. Su cocción es más larga, de hasta 2 horas.
- Caldo de carne: Si se utilizan huesos y tejidos cartilaginosos el caldo quedará más espeso gracias al colágeno, pero no aportan sabor, en cambio si se añaden trozos de carne, el caldo tendrá un sabor más intenso. La cocción puede llegar a ser de hasta de 4 horas.
Si bien puedes elegir la sopa en función de su sabor, a nivel nutricional el caldo en sí aportará cierta cantidad de vitaminas, minerales y grasas, dependiendo de los ingredientes utilizados. Por eso, si solo eliges beber el caldo estarás hidratándote y tomando una pequeña cantidad de estos nutrientes.
Sin embargo, lo que verdaderamente enriquecerá nutricionalmente la sopa son los ingredientes que añadas como la pasta, arroz, patata, legumbres, verduras, pollo, etc.
Vamos a darte unos consejos para que puedas enriquecer tus sopas y disfrutar de una sopa bien nutritiva.
¿Cómo enriquecer tu sopa?
- Sopa vegetal con cuscús: Tan sencillo como añadir un poco de cuscús al caldo de verduras y cocerlo durante 5 minutos. Tómate la sopa con las verduritas, el cuscús y el huevo los cuales te aportarán vegetales, hidratos de carbono y proteína.
- Sopa de garbanzos marroquí: Empieza por sofreír un poco de cebolla, añade un poco de tomate y especia con pimienta, canela y comino. Añade los garbanzos cocidos e incorpora caldo de verduras. Tendrás una sopa con proteína vegetal que te puede servir de plato único.
- Sopa de berberechos, pimiento verde y puerro: En una cazuela sofríe un poco de ajo, puerro y pimiento verde. Paralelamente vierte caldo de pescado, un poco de patata cortada a dados pequeños y los berberechos. Cuece hasta que la patata esté tierna, añade perejil picado y listo. Esta sopa te aportará proteína, hidratos de carbono, fibra y hierro.
- Sopa tostada con albóndigas: Calienta el caldo de carne y añade pan tostado y avellanas tostadas. Lo hierves unos minutos y lo trituras todo. Después, añade setas rehogadas y albóndigas pequeñitas y sigue cociéndolo durante unos minutos más. Otra sopa nutritiva con proteínas, hidratos de carbono y grasas saludables.
- Sopa de Navidad: Con un buen caldo de verduras, ave y carne, añades la pasta tipo galets y la cueces hasta que esté tierna. Es habitual tomar la carne utilizada para la cocción, el pollo o la pelota, como un segundo plato, acompañada de la col u otras verduras del caldo. Completa, nutritiva y tradicional.
Este invierno ya puedes disfrutar del confort de una cena caliente, nutritiva y ligera. ¡Qué más se puede pedir!