España es el país con más bares por habitante del mundo, tocamos a 1 bar por cada 175 personas. No nos extraña, si tenemos en cuenta que somos de un país con cultura de bar: nos gusta el aperitivo en una terraza, charlar con amigos mientras tomamos un café, incluso trabajar en una cafetería con el portátil solo por el gusto de salir de casa. Es parte de nuestra forma de ser y no tiene que ver con vivir en una gran ciudad o en un pueblo, solemos tener incluso un bar de referencia. Ese sitio al que puedes ir en cualquier momento porque siempre hay alguien con quien charlar mientras te tomas un café.
Las zonas menos pobladas de España no son menos que cualquier gran ciudad, si de bares hablamos. Hoy vamos a acercarnos a siete locales situados en algunos de estos pueblos y ciudades de España que quizá no destacan por su alta población, pero sí lo hacen por su carácter personal, su gastronomía y su encanto particular.
Empezamos por el norte
La zona norte de España tiene fama de tranquila, de clima húmedo y de buena gastronomía. Y así es. Un lugar donde perderse para volver a conectarse y escapar del bullicio diario. Y si encima lo acompañas de buena gastronomía, gente amable y rincones donde socializar, se convierte en una zona única en nuestro país y muy querida por todos.
En Galicia, te sugerimos La Cantina Sixtina (sí, has leído bien), con una terraza a pie de playa donde disfrutar una jornada de sol y buen ambiente. Se encuentra en Oleiros, A Coruña, y destaca por su comida casera y sus cachopos. En Tuy, Pontevedra, encontramos La de Manu, un local con personalidad que destaca por su cocina de mercado con toques modernos. Carnes, pescados, verduras, todo de gran calidad y en un ambiente inmejorable.
Al este del país, llegamos a Huesca, donde nos encontramos con Casa Rufino, donde se puede degustar un menú a compartir y no se puede dejar de probar su risotto, ternasco o los garbanzos de la Hoya de Huesca. Sin duda, un buen lugar donde recargar pilas. También en Huesca encontramos el Hotel Restaurante Monrepos. Una parada obligatoria de camino a los Pirineos para probar sus Magdalenas Tomasitas. Un alto en el camino para particulares, excursiones, trabajadores, por su agradable ambiente y su menú.
Si bajamos al centro…
Bajando al centro de España, llegamos a Cáceres. Si Extremadura ya destaca por su gastronomía, cultura y paisajes, no es raro que haya locales como El Figón de Eustaquio. Es un bar que lleva en funcionamiento desde 1947 y en el que se cocina de manera tradicional. Comida de gran calidad con el sabor de siempre. Toma nota.
Si seguimos nuestro particular viaje por algunos de los rincones más escondidos en España, llegamos a Orihuela y encontramos el Restaurante El Molisero. Un lugar “de toda la vida” donde probar platos como arroz con costra, cocido de la huerta o un arroz con conejo y caracoles. Cocina tradicional de la vega baja para chuparse los dedos.
¿Cruzamos nuestro ‘océano’ particular?
Si viajamos hasta Mallorca, podemos acercarnos a Es Molí D´es Comte. Un gran restaurante para celebraciones que lleva en pie tres siglos y conserva su carácter y detalles originales. Jardines, salones, reservados, patios. Tú elige la zona que más te guste y disfruta de su buenísima gastronomía mediterránea con toques modernos.
Y así, saltando entre distintas poblaciones lejos del bullicio, podemos ir conociendo bares y restaurantes que nada tienen que envidiar a los más conocidos o premiados. Como decía la canción, “bares, qué lugares” y si es en buena compañía, mejor que mejor.