- En su segunda convocatoria, el programa amplía el número de becados e incorpora hijos de agricultores de Vivesoy.
- Asimismo, este curso extiende su radio de acción llegando a Cataluña y Extremadura, además de continuar formando a alumnos localizados en Castilla y León, Galicia y Cantabria.
- Estas becas se complementan con un plan educativo de alto rendimiento, impartido por Pascual, para formar técnica y empresarialmente a estos jóvenes una vez que se incorporen a los negocios familiares.
Pascual continúa impulsando el relevo generacional en el campo con la evolución de sus Becas Pascual, un innovador programa que ayuda a financiar los estudios de jóvenes ganaderos y agricultores en disciplinas vinculadas al sector primario.
Puesta en marcha el año pasado, Becas Pascual ha celebrado hoy su segunda edición en el Complejo Industrial de la compañía en Aranda de Duero (Burgos), en un acto donde se han concedido un total de 14 becas para los hijos de los ganaderos y agricultores, que proveen de Leche Pascual y materias primas para las bebidas vegetales Vivesoy, de Castilla y León, Extremadura, Galicia, Cantabria y Cataluña.
Durante el evento, el director general de la Industria Alimentaria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, José Miguel Herrero, ha señalado que, «las Becas Pascual nos parece un proyecto muy interesante para promover el relevo generacional en las ganaderías y, en esta segunda edición, también en las explotaciones agrarias proveedoras del grupo, mediante la financiación de los estudios de jóvenes ganaderos y agricultores en disciplinas vinculadas al sector primario. El País Más Rico del Mundo tiene que mirar al futuro de la mano de un relevo generacional que asegure la continuidad de los mejores Alimentos de España».
Por su parte, la directora del Negocio Lácteo de Pascual, Natalia Fernández, ha hecho hincapié que, “estamos muy orgullosos de este programa de becas porque el objetivo era dar continuidad a esta iniciativa aumentando su alcance y, de este modo, contribuir al mantenimiento de la actividad de estos negocios familiares en las zonas más despobladas del país”.
Las Becas Pascual están destinadas a enseñanzas regladas, vinculadas al sector primario, que se complementan con un plan formativo de alto rendimiento, impartido por la compañía, para instruir a estos jóvenes una vez que se incorporen a los negocios familiares. Esta formación incluye áreas como sostenibilidad, medioambiente, reproducción, seguridad alimentaria o gestión empresarial.
II Edición de las Becas Pascual: ampliando su vínculo con el medio rural
En la II Edición de las Becas Pascual, el número de becados ha aumentado respecto al año anterior hasta un total de 14 los jóvenes a los que se ayudará a financiar su formación. En concreto, seis de estos estudiantes darán continuidad a la beca que ya se les concedió el pasado curso, mientras que serán ocho los nuevos perfiles que se beneficiarán del programa por primera vez, dos de ellos hijos de agricultores de Vivesoy: Adrián Sabino Mateos, de Cilleros (Extremadura); y Nuria Rodríguez Pajares, de Magazos (Ávila).
De esta manera, Nuria Rodríguez, que estudia ingeniería agrícola en la Universidad de Salamanca, tiene claro que, “mis estudios me pueden ayudar a mejorar y dar continuidad y sostenibilidad a la explotación de mi familia. Por supuesto, la beca de Pascual es un empujón que nos ayuda a continuar estudiando y formándonos para el futuro”. Mientras que Iván Gómez, hijo de una familia ganadera gallega que provee de leche a la compañía, apunta “quedarse en el campo no siempre es la solución más fácil. Es un trabajo duro y sacrificado, pero a la vez muy gratificante. Desde niño he pasado tiempo y he colaborado con el negocio familiar, por eso elegí unos estudios relacionados con este mundo como el grado de Producción Agropecuaria”.
Mas allá de los nuevos perfiles agrarios y ganaderos, esta II Edición de Becas Pascual ha ampliado su radio de acción llegando por primera vez a zonas rurales de Cataluña y Extremadura, además de continuar formando a alumnos de explotaciones ganaderas y agrícolas localizadas Castilla y León, Galicia y Cantabria. En este sentido, Natalia Fernández, señala que “las economías rurales necesitan que les aportemos y facilitemos recursos para potenciar la industria agroalimentaria, que es un elemento fundamental para la vertebración del territorio y fijación de la población en el medio rural”.
Gracias a estas y otras iniciativas, Pascual ha logrado establecer relaciones estables, duraderas y cercanas con todos sus ganaderos y agricultores, así como con sus familias. Por un lado, Leche Pascual trabaja con 292 familias de ganaderos situados en núcleos rurales, donde fijan población. El 85% lleva más de 15 años con la compañía; consiguiendo, además, que su granja sea sostenible y rentable.
Por el otro, todas las materias primas de las bebidas vegetales Vivesoy son 100% cultivo local, certificado por AENOR, de la mano de 220 familias de agricultores.
Además, las fábricas de Pascual se encuentran en municipios rurales, como demuestran los casos de los complejos industriales de Aranda de Duero y Gurb; las dos plantas embotelladoras de Bezoya, su marca de agua mineral natural, afincadas en los municipios segovianos de Ortigosa del Monte y Trescasas; y el tostadero de Mocay, en Navarra, situado en el municipio de Tajonar.