Calidad Pascual no se entiende sin Aranda del Duero, una región considerada el corazón de la compañía, donde en 1969 un joven llamado Tomás Pascual compró una cooperativa de leche en quiebra. Después de 50 años, esta ciudad castellanoleonesa continúa siendo el motor industrial y el lugar elegido para celebrar sus bodas de oro. Al evento han acudido 1.200 empleados de Castilla y León, distribuidos entre el Complejo Industrial de Aranda de Duero, la granja de Fuentespina y las delegaciones comerciales de Valladolid y Aranda, además de empleados jubilados y otras personalidades relevantes para la compañía. Personas que han crecido junto a Calidad Pascual y su labor ha sido fundamental para el devenir de dicha empresa familiar.
El evento ha simulado un viaje realizado por la Primera Agencia de Viajes en el Tiempo, ‘Viaje Vital’, donde los trabajadores han podido vivenciar los inicios de la compañía, su etapa de crecimiento y los desafíos que le depara el futuro, a través de videos, intervenciones de la familia Pascual y testimonios de empleados.
El conductor del evento, el humorista Daniel de la Cámara, ha conversado con las tres generaciones de la familia Pascual, que han hablado de la evolución de la compañía durante este medio siglo, sin dejar de recordar a Don Tomás, un trabajador incansable, exigente e intuitivo.
El pasado: revolución de la industria alimentaria española
El viaje ha empezado recordando los inicios de Tomás Pascual y cómo consiguió marcar un hito en la historia de la industria alimentaria española al crear la primera línea de producción de leche UHT, uperisada o de larga duración, envasada en tetrabrik. “Aquí empezó todo y aquí sigue todo. Nuestro compromiso con Aranda es innegociable, es nuestra cuna y seguirá siendo el punto neurálgico de la compañía” han destacado Pilar y Sonia Pascual sobre la relevancia de Castilla y León en el crecimiento de la empresa, que fundó su padre en la década de los 60.
También de los inicios ha hablado la responsable de Relaciones con la Sociedad en Castilla y León, Conchi Lobo, junto a Ignacio de Cura, Jesús Arranz y Andrés de Pablo, tres de los empleados que trabajaron con Tomás Pascual en sus inicios. En aquella época eran solo siete personas en la fábrica que se esforzaron por poner en marcha este proyecto. “Don Tomás nos inculcó una pasión por unos sueños que ahora ya son realidad” ha recordado uno de ellos.
El presente: seguir mejorando la calidad de vida de las personas
Calidad Pascual exporta hoy a casi 70 países, cuenta con una gama de más de 200 productos, 6 plantas, 27 delegaciones comerciales Qualianza y más de 2.200 empleados. Además, el valor económico total generado por la actividad de la compañía arandina en la región asciende a 507,20 millones de euros. En este medio siglo de innovación y compromiso saludable, la compañía arandina ha sabido adaptarse a un mundo en permanente transformación a la vez que ha mantenido su filosofía: mejorar la calidad de vida de las personas.
En esta parada, el CEO-Director General Ejecutivo de Calidad Pascual, José Luis Saiz, ha querido recalcar el orgullo recíproco, de Pascual hacia Aranda y de Aranda hacia Pascual. “Hoy Aranda es oportunidad, es actualidad, movimiento, progreso; hoy Pascual en Aranda es industria alimentaria pujante, investigación, tecnología; hoy Aranda es presente y es futuro” ha destacado Saiz que también ha recordado la importancia de mantener la mirada puesta en el futuro: “sentid el orgullo de haber construido el Pascual de hoy, pero sentid también la responsabilidad de edificar el Pascual de mañana”.
El futuro: una tercera generación con los valores claros
En la última parada del viaje han cobrado protagonismo los miembros de la tercera generación de la familia Pascual. La empresa siempre ha sostenido que la clave del éxito del negocio ha sido mantener la familia unida y vinculada al proyecto, siempre de forma dinámica y constructiva. Conscientes de ello, los nietos de Don Tomás Pascual Sanz, Tomás Pascual Recuero, María Torres Pascual y Agustín Bach Pascual, han destacado que “la misión de la tercera generación será mantener la empresa viva y hacerla crecer, como hicieron nuestros padres y como queremos que hagan nuestros hijos”.
Tomás Pascual, presidente de la compañía, ha cerrado el acto reconociendo la labor de su padre “con su esfuerzo y energía incontenible dio vida a un sueño que se fue formando en su cabeza a lo largo de los años”. Además, ha querido dedicar unas palabras de agradecimiento a otra pieza fundamental del éxito de la compañía, su equipo: “vosotros sois nuestro sexto valor, nuestro corazón y el orgullo de Calidad Pascual”.
Con este gran acontecimiento, y rodeada de los suyos, Calidad Pascual ha rendido homenaje a todas aquellas personas que, con su trabajo diario, han ayudado a construir durante 50 años la empresa que es hoy día.