Puede que el concepto bienestar animal suene a una nueva moda, a una reciente tendencia de preocupación ciudadana y empresarial, pero nada más lejos de la realidad. Lo cierto es que desde el sector ganadero y la profesión veterinaria se lleva años trabajando para mejorar las condiciones de vida de los animales en todas las especies, ya sean de abasto o mascotas de mayor o menor tamaño.
Y es que las conocidas como ‘Cinco Libertades’ (libres de hambre, sed y desnutrición; libres de miedos y angustias; libres de incomodidades físicas o térmicas; libres de dolor, lesiones o enfermedades; y libres para expresar las pautas propias de comportamiento) han sido siempre un reto para la industria. Un desafío que está en sintonía con la creciente demanda y sensibilización ciudadana. El consumidor es cada vez más exigente en este sentido y demanda mayor información, de manera que ha hecho replantear las estrategias comerciales de las diferentes industrias, enfocando el trabajo en hacer más visible y transparente el proceso de producción y replanteando el aprovisionamiento de materia prima. Así lo refleja el último Eurobarómetro sobre protección animal, que revela que el 94% de los españoles considera importante el bienestar de los animales en las granjas.
En este contexto, la celebración, hoy, 4 de octubre del Día Mundial de los Animales es una magnífica ocasión para recordar su principal objetivo, concienciar a la población de la importancia de aumentar el bienestar de los animales. Se cumplen casi 90 años desde que en el congreso celebrado en Viena en 1929 se decidiera conmemorar esta fecha para recordar la importancia del cuidado a las distintas especies. Con el paso de los años, hemos visto cómo ha ido aumentado la concienciación de la sociedad y de las compañías sobre la producción y el consumo responsable, volviéndose plenamente conscientes de que cualquier animal precisa del respeto y del trato adecuado.
La relevancia de estas metas es tal, que la Unión Europea decidió crear un comité de expertos, el Welfare Quality® Project, que integra en la cadena alimentaria los conceptos del bienestar animal. Se desarrolló un método para evaluar el bienestar animal en la granja, y así poder transmitir esta información desde los ganaderos a través de toda la cadena de producción, hasta llegar a los consumidores mediante cuerpos certificadores.
En concreto, en la producción de vacuno de leche la evolución ha sido notoria. Se han producido cambios que han significado la mejora en las condiciones de alojamiento y manejo de los animales, que a su vez ha llevado parejo una mayor eficiencia en la elaboración del producto final. Todavía queda margen de mejora, pero desde Calidad Pascual hemos dado un paso más allá, convirtiéndonos en el primer gran fabricante con todas sus granjas certificadas en bienestar animal. De esta forma, la exigente distinción AENOR Conform de Bienestar Animal acredita que nuestras granjas cuentan con las mejores condiciones de alimentación, alojamiento, salud y comportamiento adecuado de la especie.
Tenemos claro que unas vacas bien cuidadas van a producir más y mejor leche, con menos problemas de salud, con mayor eficiencia productiva y con un menor impacto medioambiental. Es por ello que la industria agroalimentaria debería situar la política activa de bienestar animal como uno de los pilares estratégicos, dado que todos estamos de acuerdo en que es indispensable para completar una oferta diferencial en toda la cadena láctea de valor. Los avances son evidentes, y ya encontramos alianzas entre empresas multinacionales de alimentos trabajando en común para incrementar y avanzar en materia de bienestar animal, con el objetivo de desarrollar los estándares más altos de calidad.
En definitiva, el bienestar animal ha dejado de ser una tendencia para convertirse en una exigencia de primer nivel, cerrando el círculo de la cualificación industrial del sector.